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¿Más brotes en verano? Cómo controlar el acné sin dañar tu barrera cutánea

El verano dominicano lo tiene todo: sol, playa, calor, y más ganas de estar al aire libre. Pero para muchas mujeres entre 25 y 50 años, también llega con un problema que nadie quiere ver en el espejo: Cómo controlar el acné sin dañar tu barrera cutánea. Aunque parezca contradictorio, cuando sudamos más, nos exponemos al sol y usamos más productos (como protectores solares o maquillaje resistente al agua), la piel puede reaccionar con más granitos, puntos negros e inflamación.

¿La buena noticia? No tienes que resignarte. Con pequeños cambios en tus hábitos y una rutina adaptada a esta temporada, puedes mantener tu piel libre de brotes y sentirte fresca todo el verano. Aquí te explicamos por qué pasa… y qué hacer.

¿Por qué el acné empeora en verano?

1. Más sudor + más grasa = poros tapados

El calor y la humedad hacen que la piel produzca más sebo. Si a eso se suma el sudor, las células muertas y residuos de productos cosméticos, los poros se tapan fácilmente. Resultado: comedones (los famosos puntitos negros o blancos) y granos inflamados.

2. Protector solar inadecuado

Muchas personas con piel grasa o con tendencia al acné temen usar protector solar por miedo a “sentirse pegajosas”. Y cuando lo usan, a veces eligen fórmulas muy pesadas. El resultado: brotes, especialmente en la zona T (frente, nariz y mentón).

3. Cambios en la alimentación y la rutina

En verano, solemos salir más, dormir menos, comer más frituras o dulces, tomar alcohol con más frecuencia… Todo esto también impacta en la salud de la piel.

4. El “efecto rebote” del sol

Al principio del verano, el sol parece “secar” los granos. Pero esta es una trampa. La piel, al sentirse agredida, produce más grasa para defenderse. Semanas después, el brote puede ser peor.

Hábitos que ayudan a mantener el acné bajo control

1. Limpieza suave, dos veces al día

No se trata de “restregar” la piel. Usa un limpiador específico para piel mixta o grasa, con ingredientes como ácido salicílico, zinc o niacinamida. En gel o espuma, nunca en barra. Lava tu rostro mañana y noche, y después de hacer ejercicio.

2. Hidratación sí, aunque tengas piel grasa

Muchas mujeres evitan hidratarse por miedo al brillo. Pero una piel deshidratada produce más grasa. Usa cremas ligeras tipo gel, con ácido hialurónico o aloe vera. Busca fórmulas “oil-free” o “no comedogénicas”.

3. Elige bien tu protector solar

Opta por filtros solares con textura ligera, en gel o toque seco. Algunos incluso vienen con ingredientes que ayudan a controlar el acné, como la niacinamida, el ácido azelaico o extractos botánicos calmantes. Si vas a estar muchas horas fuera, reaplica cada 2-3 horas.

4. No duermas con maquillaje (ni con sudor)

Si llegas tarde a casa, al menos limpia tu rostro con agua micelar o toallitas especiales para piel con acné. El sudor mezclado con maquillaje y contaminación es la receta perfecta para un brote.

5. Toallas, celulares y gorras: ¡cuidado con lo que toca tu cara!

Lava con frecuencia tus toallas de rostro, fundas de almohadas y brochas de maquillaje. Evita apoyar el celular en la mejilla o usar gorras por mucho tiempo, ya que pueden acumular bacterias.

Activos que sí ayudan (y puedes usar en verano)

Ácido salicílico: ayuda a destapar poros y controlar el exceso de grasa. Presente en limpiadores, tónicos y geles específicos.

Niacinamida: regula el sebo, calma la inflamación y mejora la textura de la piel.

Ácido azelaico: combate las bacterias del acné y ayuda a reducir manchas post-inflamatorias.

Peróxido de benzoilo: eficaz contra los granos activos. Úsalo en pequeñas cantidades y solo por la noche.

Centella asiática y alantoína: calman la piel irritada y ayudan a reparar sin dejar marcas.

El acné de verano no es un castigo, es una reacción natural a los cambios del ambiente y del estilo de vida. Lo importante es entender qué lo causa y ajustar tu rutina sin volverte esclava de mil productos. Con una limpieza adecuada, hidratación inteligente, protector solar ligero y buenos hábitos, tu piel puede lucir fresca, saludable y libre de brotes durante toda la temporada.

El cuidado de la piel no es un lujo, es una forma de bienestar. Y tu rostro merece sentirse tan bien como tú te sientes disfrutando del sol y la brisa del mar.

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